13 de junio de 2012

Cinco años y trescientos sesenta y cuatro días



Hace dos días caminaba con Otelo mientras desaparecía el sol y al escuchar esta canción caí en la cuenta de que nunca le había prestado atención de verdad.
Sabía de qué se trataba la letra pero nunca terminé de enlazar la fuerza de sus estrofas con la muerte de Marcos.
En una ocasión él supo decirme que seguramente a mí me gustaba este tema porque lo relacionaba con su enfermedad y nuestra historia pero en verdad eso nunca había sido así, a mí me gustaba porque me gustaba y punto pero antes de ayer algo me dejó quieta en medio de una vereda llena de hojas secas asimilando cada palabra que cantaban JLO y MA.
Ahí recordé que mañana se van a cumplir seis años de su muerte y en parte, de una parálisis que sufrió mi vida.
Han pasado tantas cosas desde el 2006 y a la vez no ha pasado absolutamente nada!
A lo largo de estos años mil veces me ha dolido la cabeza porque en ese mismo lugar se había alojado el tumor que terminó matándolo, me han dolido las venas tanto como a él porque por ellas pasaba el veneno de la quimioterapia que nunca lo salvó, me ha quemado el corazón en el pecho simplemente al pensar que el suyo se había detenido tan temprano y me ha faltado el aire hasta el ahogo porque para qué respirar si él tampoco lo hacía?
También usé estos años para odiarlo por haberse muerto pero más todavía por no haberme dejado estar a su lado para aprovecharlo hasta el final y al escuchar palabra por palabra lo que dice esta canción entendí, aunque en parte, el por qué de su decisión de alejarme de su lado desde que se enfermó.
Así y todo no lo justifico, no comparto lo que hizo, no se lo perdono pero de qué vale seguir dando vueltas sobre eso si ya no hay retorno?
Marcos seguramente no va a ser el último amor de mi vida pero sí el más grande, el más fuerte, el que más me enseñó, me hizo crecer y me dió alas para volar.
Su presencia en mi vida ha sido tan fuerte que lo llevo tatuado en la piel de manera literal. Hace pocas semanas me tatué en mi mano izquierda un kanji japonés que representa a la luna, esa luna que siempre miré con tanta fascinación desde pequeña pero que cobró mucho más significado para mí desde su aparición en mi vida.
Esa misma luna que me quedé mirando un 14 de Junio a la noche en el medio de la calle mientras pensaba que tal vez él podía estar haciendo lo mismo, la misma luna a la que en ese momento le pedí que nos uniera desde el pensamiento y le hiciera sentir mi presencia a su lado cuando la realidad era muy diferente a mis pedidos porque cinco días después supe que en ese momento él estaba dejando de respirar para siempre.
Esa luna que me conviritió en Sele durante mucho tiempo solamente para él y luego se transformó en ese blog añorado que abrí para contarle qué era de mi vida mientras no estaba y pudiera enterarse cada vez que regresaba de sus ausencias que siempre me parecieron eternas.
En la mano del corazón lo llevo tatuado para que mis ojos no lo pierdan de vista, en el alma lo llevo grabado porque su presencia en mí es tan irreversible como su ausencia en esta vida terrenal, en las canciones lo escucho y en las hojas de un libro tal vez algún día lo plasme como me pidió siempre.
Mañana no será un día más para mí como no lo ha sido ninguno de todos los 14 de Junio desde el 2006 hasta hoy pero así y todo sé que algo ha cambiado.
A pesar de este amor eterno que sé que voy a sentir por él hoy me permito abrir despacio, muy despacio, otras puertas o al menos la posibilidad de que eso ocurra.
Confieso que me da pánico hacerlo porque siento que de esa manera dejo atrás una etapa de mi vida que amo profundamente pero también es la primera vez que algo me empuja a sacar la cabeza y sentir la necesidad de mirar hacia el sol.
Seguramente detrás de esta decisión está él alentándome a que lo haga y si lo logro se sentirá satisfecho porque fue uno de sus pedidos recurrentes al conocer cuál sería el final: "More, vas a tener que seguir sin mí y desde donde me encuentre quiero ver que lo lográs" y en ese pedido no solamente estaba incluído el deseo de que mi vida amorosa continuara con alguien diferente sino el deseo profundo de saber que algún día me dedicaría a mi gran pasión que era escribir y me iría a vivir frente al mar.
No sé por qué escribo esto hoy y no mañana o por qué no lo dejo programado en el blog para que se publique en la fecha indicada, tampoco sé si voy a cumplir su pedido pero al menos voy a intentarlo, como sea o como pueda pero voy a intentarlo pero lo que me queda claro es que nunca pude lograr lo que el nombre de esta canción impera como tampoco logro que el llanto me desarme frente a su recuerdo.


1 comentario:

GABU dijo...

Los duelos dolorosos de los afectos no tienen porque cuando parecen quemarnos por dentro...

P.D.:Por mi parte conservo la estúpida arrogancia de pretender que algún día 'alguien' me de explicaciones por el padecimiento de ese ser tan amado que seguramente cumplió su misión en esta vida yéndose de mi lado...

BESITOS DE CUORE
Y suele sucederme que cuando algo me hace ruido por ningún motivo aparente,al fijarme en el calendario es una fecha sentida,eso es una fija!! :(