9 de diciembre de 2013

Parada 24

La misma voz que me contó lo del viento Sur y lo de la sombra que vaga por la Parada 24 se acercó nuevamente a mí para decirme que a veces la espuma del mar deposita en la orilla notas musicales de las canciones que antes alguien cantaba en cada amanecer y que esas notas son de un color plateado intenso pero que solamente las pueden ver los super héroes cuando caminan solitarios por la playa.

Pero también supe que la luna ya no se produce como antes, que no teme mostrar su lado más oscuro o su delgadez extrema en su cuarto menguante porque no encuentra quién la mire por las noches, quién la busque por las mañanas ni le hable durante la madrugada.

La magia en La Parada 24 se esconde en cada rincón pero no todos saben bien dónde encontrarla.



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