21 de marzo de 2012

Rosana y yo

Ya ni recuerdo cuándo fue la primera vez que escuché una canción de Rosana Arbelo pero lo que no voy a olvidar nunca es cuánto significó su música en mi vida, sobre todo su álbum Magia, editado allá por el 2005.
Ese disco fue el soundtrack de una de mis dos grandes historias de amor y es el día de hoy que no existe canción que no me remonte a aquellas épocas.
Cuando las escucho viene a mi boca un sabor agridulce que se transforma inmediatamente en una combinación de lágrimas y sonrisas.
Las lágrimas de tristeza y dolor son acompañadas de sonrisas inevitables al recordar cada instante en el que esas notas se escuchaban mientras la historia de amor nacía, crecía y se desarrollaba en medio de un ambiente mágico muy parecido al nombre del cd.
Hoy el destino quiere que en menos de un mes esté frente a esta cantante escuchando en vivo sus canciones y tal vez hasta compartiendo momentos que vayan más allá del recital con ella y mi familia y el solo hecho de pensar que existe la posibilidad de que eso ocurra me emociona de una manera muy particular y no precisamente por ser cholula o algo parecido.
Sé que durante el tiempo que dure el recital las personas a mi alrededor van a desaparecer y seremos ella, su música, ese amor que ya no está y yo. Sé que cantaré bajito todas sus canciones como si él estuviera escuchándome (y creo que de alguna manera así va a ser) y que no voy a poder evitar llorar cuando el aire se inunde de cartas urgentes mientras voy dando tumbos para desembalar un universo en el que ya no hay nadie.

2 comentarios:

GABU dijo...

La música tiene esos toques mágicos en nuestras vidas...

P.D.:Creo que ya lo mencioné en alguna oportunidad,pero siempre tuve la sensación de que todos tenemos nuestra propia banda de sonido existencial...;)

BESITOS Y QUE LO DISFRUTES!! :)

rastelman dijo...

no te asombres si crees verlo entre la gente escuchando y tarareando los mismos temas que vos!!