Murió porque de pronto, estando cómodo en la panza de su mamá esperando que llegara el día en el que EL decidiera nacer, dos, tres, uno, cuatro... (acaso importa?) tremendos hijos de puta le pegaron dos tiros a su madre y cambiaron brutalmente el curso de la naturaleza y de Dios.
Murió porque estamos rodeados de políticos y dirigentes tanto o más hijos de puta que los ladrones, gente que no se preocupa por otra cosa que no sea la banca que calientan en el Congreso o el abultado sueldo que cobran a fin de mes.
Murió porque estamos inmersos en un país plagado de egoístas y maniqueos.
Y no me importa que se alcen voces a favor de los que lo mataron aduciendo condiciones económico-sociales, no quisiera escuchar el más mínimo argumento de defensa hacia ellos ni su condición social ni educativa.
Me importa CERO que hayan nacido en la pobreza porque estoy HARTA de ese cuento, cansada del facilismo en el que caen los vagos de mente cuando me quieren hacer creer que por ser pobres se ven forzados a delinquir.
Isidro no era mi hijo, hermano, sobrino ni nada parecido.
Nunca le ví la cara a su madre, a su padre ni a nadie de su familia.
Isidro era un perfecto desconocido hasta que supe lo que había sucedido con él y su madre hace una semana pero hoy siento que también me lo arrancaron a mí de las entrañas y me duele mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario