
Leyendo "EL hombre en busca del sentido" hice una asociaciòn absolutamente libre y linkee directaemente al caso Ceratti.
Despuès de pensar un rato largo comprendì que luego del Universo para mì no existe misterio màs insondable que el cerebro humano.
Tal vez para quienes lo hayan estudiado no constituya ninguna sorpresa pero a mì siempre me genera una admiraciòn casi mìstica pensar en todo lo que representa cotidianamente para el ser humano.
Somos porque el cerebro funciona, ni siquiera nuestro corazòn puede màs que èl. Respiramos, amamos, odiamos, lloramos o reìmos siempre en funciòn de su vigilia y si un dìa por el motivo que fuera èl no quisiera màs, todo se volverìa negro.
Por el cerebro somos capaces de levantarnos cada mañana o de permanecer en un letargo infinito y si algo sale mal en muchos casos ni siquiera existe una chance para revertir las cosas o curarlas aunque sea parcialmente.
Es tan generoso como tajante, por su gracia podemos gozar la vida o padecerla y sin embargo, al momento de rendirle culto o de cuidarlo lo tenemos allì, en el rincòn, como en penitencia.
El corazòn ha sabido manejar mucho mejor a la prensa porque permanentemente nos dicen còmo y cuànto cuidarlo pero pocas veces hacen lo mismo para que nuestro cerebro se sienta còmodo y mimado.
Si alguna situaciòn en nuestra vida nos ha generado dolor nos replegamos apelando a la alternativa del olvido que tan generosamente èl nos ofrece y si vivimos al lìmite del exceso de buenas a primeras no respondemos a ningùn estìmulo y permanecemos dormidos sin una fecha para regresar y volvernos cercanos.
No creo que exista en este mundo un motor màs potente y merece todo nuestro respeto y cuidado.
2 comentarios:
al cerebro hay que cuidarlo con buenos pensamientos, la física cuántica nos da una mano con eso, nos dice que somos lo que pensamos. Yo creo que somos eso y también lo que sentimos y hacemos, pero es una unidad dialéctica. tenemos que cuidar todo, es la única manera. y todo es todoS.
besitos
el corazón tiene mejor prensa y mejor agente publicitario, sin ir más lejos, camine hasta su kiosco y vea cuantas revista del corazón y cuantas del cerebro hay...
por otro lado, hace unos días veía el joven frankestein y me quedé pensando en el pobre Ab..., él y su cerebro.
Ud cree que a ceratti..., no mejor deje, no importa.
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