Siempre me dijeron que me parecia a mi padre, cosa que me extrañaba porque no me había críado con él y me enfurecía porque no era el mejor de los espejos donde quería mirarme.
Crecí diciéndole a mi madre que cuando fuera grande no me parecería en nada a ella y lo repetía como desafiándola, como si parecerme hubiera sido un karma imposible de sobrellevar.
Entonces, si no quería ser parecida a ellos... ¿qué sería de mí?
Hoy, años y años después de tanta identificación fallida, tengo claro de dónde vengo y ni idea de a dónde voy.
De mi padre me quedan cosas físicas porque el gen M. ha dejado una impronta muy fuerte en los cinco hermanos.
Acarreo un par de ojeras importantes, la forma de los ojos y un diente escondido que es un sello entre mis hermanos varones, mis sobrinos y yo.
De su carácter por suerte no heredé demasiado, salvo esa mania perpetua de cabrearme por nada y por todo.
De mi madre parece que tengo mucho y hoy lo agradezco en el alma.
Tanto que me esforcé por no parecerme terminé siendo casi igual a ella, aunque con un estilo de vida completamente distinto.
Los que nos conocen dicen que heredé su voz, su cabello azabache con el mechón de canas en la frente (aunque justo es decir que mi padre también lo tenía), su mania por guardar todo en el freezer envuelto en bolsitas (ese recuerdo lo trajo a mi mente mi sobrina Paola no hace mucho), el dedo pulgar cortito y aplastado (suena medio deforme pero no es para tanto), el amor por la cocina, el arte y cierta lírica que llevo adelante con mucho orgullo.
De los dos solamente me queda un color extraño en los ojos, una mezcla de verde musgo con algunas pintitas más claras que se ven mucho más cuando lloro o miro directo al sol.
Ahora que soy adulta (cuando quiero) comprendo que siempre me he incorporado a la vida de mi madre con los ojos abiertos de par en par, no he respetado sus horarios ni sus costumbres, cargué con sus dioses e intenté exorcizar a sus demonios y si bien no pudo impedir que sufra o me equivoque he llegado hasta aquí amándola profundamente, agradeciéndole todo lo que hizo por mí y sin decirle ni un solo día adiós.
2 comentarios:
es Ud una persona afortunada
Zorgin: Sin ninguna duda!
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