8 de abril de 2009

Semana Santa

A diferencia de la Navidad, Semana Santa me gusta.
Supongo que será porque me remite a una época muy querida de mi vida.
Un par de dias antes de Jueves Santo solía buscar en Fenoglio el huevo de Pascua más lindo y se lo compraba a mamá. Al llegar a casa lo escondia como si se tratara del misterio más grande y no veía la hora de dárselo.
Cuando llegaba el Domingo se lo entregaba y me quedaba mirando su rostro. Su sonrisa era como la de los niños, se apuraba a desarmar el moño gigante que tenía y luego de quitar el papel metalizado lo partía esperando encontrar las sorpresas que había adentro.
Era una ceremonia que se repetía año tras año pero nunca era igual y he fijado tanto esos momentos en mi memoria que cuando llega esta época hasta suelo recordar los aromas de aquellos días.
Porque aunque me digan que es imposible, para mi Semana Santa tiene el perfume de mi mamá, de aquel departamento tan bonito, de cada otoño que pasamos juntas y que parecía hecho a medida para las dos.
Hoy ya no compro ningún huevo de pascua pero todo lo demás sigue atravesando mi alma con la misma alegría de siempre.

6 comentarios:

Angelina 2.0 dijo...

Turra!!! Acaso no sabés que existen las encomiendas???



(No quería arruinar tan bello post, te juro que no quería...)

Caracol dijo...

Volvimos a la ternura ???

me encantó, como siempre

Unknown dijo...

Angelina: Bueno, si preferis una encomienda a que te lo entregue personalmente....

Caracol: De tanto en tanto me lo permito :)

Angelina 2.0 dijo...

No amagués...!!! =D

zorgin dijo...

y seré curioso, fenoglio, además de Barriloche, donde hay?

Unknown dijo...

Angelina: Mirá, bien sabés que quiero ir para allá en algún momento y tranquilamente te lo puedo entregar en mano. Ahora, si sos de las que solamente comen huevos de Pascua en Pascua.... jojojo! :D

(como te quiero!!!)

Zorgin: Mire, no se si seguirá existiendo pero yo los compraba en el local que tenían en el Paseo Alcorta en el último nivel.